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Decía Steve Jobs que ‘no se pueden unir los distintos puntos mirando para adelante; se pueden unir únicamente mirando hacia atrás’ y eso fue lo que pasó con mi amigo Iván.
Nos conocimos en 1º de carrera.
Su aspecto me recordaba vagamente al del típico cantante indie criado en los suburbios de una gran ciudad que se parece mucho al aspecto del típico chungo de barrio con las uñas sucias que te va a robar las zapatillas con su pelo mal cortado (habitualmente largo hasta las cejas), pose de tipo malo ydedos amarillos por la nicotina.
Iván nació y se crió en el Barrio de la Luz, en Valencia, uno de los barrios marginales con mayor delincuencia de la ciudad en los años 90.
Hijo de padres separados, tensión familiar y, cómo no, escapatoria musical.
Las primeras veces que hicimos pellas en la universidad se trajo una guitarra y se puso a cantar casi todo el repertorio de Oasis y The Beatles… una declaración de principios que dejaba claro de qué palo iba.
Aquellos conciertos improvisados sirvieron para atraer a más de los nuestrosy conformar el que sería nuestro grupo de amigos hasta acabar la univesidad (ellos, porque yo nunca la acabé jejexdxd).
Anoche pudimos ver en Movistar+ el documental Oasis (Supersonic), una obra que relata la ajetreada vida de los hermanos Noel y Liam Gallagher contada por ellos mismos y las personas de su alrededor (la roadmanager de Oasis, la madre, los músicos que los acompañaron…). Una mirada al interior de una de las bandas británicas de mayor éxito de la historia, a la tortuosa relación entre los hermanos Gallagher y a la vida familiar que dinamitó desde bien pequeños la relación con el padre, un maltratador de manual.
Cuanto más avanzaba el documental, más puntos era capaz de unir de la de vida de Iván y comencé a entender por qué Oasis era su grupo favorito, por qué las canciones de Oasis no tenían las letras simples y vacías de los Beatles, por qué él las cantaba con rabia y por qué se identificaba con las estrofas que aludían a la soledad, la separación, el amor o las drogas.
Iván consolidó su adolescencia escuchando a Oasis en una casa que parecía sacada del mismo barrio de Manchester que los Gallagher, cortada por el mismo patrón, las mismas necesidades y las mismas carencias. Su timbre de voz es prácticamente igual al de Liam, su postura cuando canta parece ensayada y su sudapollismo sobre el escenario siempre me pareció sobrehumano.
Ahora lo entiendo todo.
He conseguido unir los puntos.