Cuando recibí el SMS que anunciaba la disponibilidad de los resultados de mis análisis de sangre me puse muy nervioso. En esos resultados estaba el trabajo de las últimas dos semanas para conseguir un objetivo muy específico: tener pelo
Bajar la glucosa en ayunas por debajo de 100 mg/dL.
Siendo honesto, esas dos semanas sólo reduje de forma considerable los carbohidratos refinados (pastas, arroces, harinas), los dulces y los snacks. El resto de cambios en mi dieta no fueron demasiado notables dado que era algo que ya venía haciendo.
Lo primero que noté a la semana fue que mis niveles de energía eran mucho más estables durante el día. Desayunar huevos revueltos, almorzar grasas (frutos secos) o piezas de fruta (sobre todo manzanas y mandarinas), comer ensalada + proteína, merendar grasas o fruta y cenar ensalada + proteína alteró mi disponibilidad energética variándola hacia una energía mucho más limpia (la obtenida a partir de la grasa) y duradera.
Sinceramente, me sentí mucho mejor además de que bajé de peso y comenzó a desaparecer mi grasa abdominal.
Lo segundo que hice fue dejar de entrenar a una semana vista del análisis para confirmar que mis transaminasas suben por el combo batido de proteína + ejercicio de fuerza y descartar así que mi hígado estuviera en problemas.
¿Cómo fue?
Con el SMS en la pantalla del teléfono, entré en la página de descarga del análisis. Me temblaban las manos. Realmente tenía miedo de que mis cambios no hubieran funcionado y que mi prediabetes hubiera escalado, obligándome a tomar medidas de tipo médico.
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