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No tengo el corazón contento porque creo que tengo algo en el corazón.
Desde hace casi una semana me despierto a diario de madrugada —a las dos, las tres, las cinco— con las pulsaciones bastante elevadas. Sin motivo aparente, sin una ansiedad que pueda asociar con algún evento de mi vida. Sencillamente, me despierto y noto que estoy acelerado, quizá a unos 85/95 latidos por minuto cuando debería rondar los 50 o menos estando en la cama a esas horas de la madrugada.
El tiempo en vela se extiende y pasan los minutos sin que pueda conciliar el sueño como tampoco puedo evitar centrar la atención en mi corazón, cosa que, siendo yo una persona fuertemente hipocondríaca, no ayuda a relajarme.
De momento no me estoy medicando porque me gustaría poder lidiar con esto sin fármacos, pero cuando ocurre siento esa necesidad de abrir el cajón de las galletas de chocolate medicinas y meterme un Diazepam entre pecho y espalda para conseguir desaparecer hasta que suene el despertador.
Durante el día la cosa cambia y parezco una persona normal: soy funcional, me noto las pulsaciones normales cuando me las mido, voy a entrenar y no acabo convulsionando… lo que es, básicamente, una persona estándar de 41.
Pero las noches empiezan a convertirse en un momento incómodo al que le estoy cogiendo miedo. La cabeza no cesa, el descanso no llega y no saber qué ocurre me estresa más todavía.