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La primera y última vez que fui a un lasergame acabé sangrando por las rodillas y los codos.
Ataviado con el chaleco, la diadema y la pistola, me tragué el primer repechito que encontré en el circuito tropezándome con mis propios pies y empotrándome contra un muro separador.
Casi nadie me vio.
Me pasé los 20 minutos que duró el evento limpiándome la sangre con la mano y la lagrimita y los mocos con la camiseta.
Desde entonces no he vuelto a celebrar mi cumpleaños en un lasergame.
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La verdad es que nos echamos unas buenas risas cuando a Irene se le cayó su primer diente mientras desayunaba.
¡Se me ha caído!—exclamó.
Dejando a un lado que tuvo que enjuagarse con agua varias veces porque tenía los labios y los dientes llenos de sangre, el aspecto que deja a una boca un diente faltante es cómico. El siseo del viento escapando por ese pedazo de agujero y la pinta de pozí de mi pobre hija contrastan con su alegría al avanzar una nueva etapa vital.
Ha sido de las últimas de su clase en perder un diente y sentía cómo se quedaba atrás en la carrera de hacerse mayor. Su agujero es su éxito en este mundo hipercompetitivo desde la infancia.
Todo son prisas para hacerse mayor hasta que todo sean prisas para tratar de seguir siendo joven.
Pobre inocente.
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En el anterior número de esta newsletter os conté que había pillado el COVID y que mis dolores de espalda y pierna continuaban:
El COVID lo pasé, literalmente, como un resfriado: mocos para montar una empresa, dolor de garganta y fiebre baja por la tarde/noche durante 4 días.
El dolor de espalda proveniente de mi lesión en las vértebras L5-S1 comenzó a mostrar síntomas de mejora a la vez que conseguí cita con uno de los fisios más reputados de España: Fernando Lafargue.
Sus sesiones duran 15 minutos y tienen un precio de 70 EUR a pagar en metálico.
75 reseñas en Google y una puntuación de 4,9 estrellas. Si buscas información, parece que haga magia.
Llegué con la ilusión de haber leído decenas de comentarios positivos de personas en una situación muy parecida a la mía y con la incredulidad de llevar 8 meses con dolores y varios fisios a mis espaldas que no habían conseguido mejorar mi estado.
Tuvimos una breve charla sobre qué me pasaba comentando los resultados de la resonancia, me tumbó bocabajo y comenzó a masajear la zona hasta que puso en su pulgar una especie de gancho o garfio con la punta plana.
Vas a notar como si te cortara la carne, pero no te preocupes.
A ver, ‘no te preocupes’ es mucho decir. Sabía a lo que iba y sabía que sus sesiones son especialmente dolorosas porque utiliza una técnica llamada fibrólisis diacutánea que, si la ves, no te dan ganas de probar.
Me dejó varias marcas de bastantes centímetros en la piel y, al acabar la primera sesión, dijo: esto tiene muy buena pinta.
Eso fue el 30 de mayo.
Volví a consulta la semana siguiente, el 6 de junio.
Hoy es 7 de julio y llevo entrenando en el gimnasio desde el 9 junio sin dolores.
Funcionó.
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Mi nueva canción favorita.
La YouTuber Ter saca un curso de historia del arte que pinta estupendo.
Terrorífico accidente del piloto de F1 Zhou del que salió ileso.
La tiranía de la vida eficiente: ¿eres capaz de no hacer nada?
lo último
Mi cabeza ya no es lo que era.
Yo, por la noche: —Voy a hacer unas cosas con el ordenador.
Ella, por la mañana:
m. Cuesta bastante pendiente y no larga.